Empezamos indagando en el origen del término «linchamiento».
Como todo buen aficionado a las películas del Oeste sabrá, allá por los siglos XVIII y XIX los buscadores de oro, los colonos, los cazadores de búfalos y demás personajes habituales de los westerns aplicaban a una justicia sumaria, impartida por jueces de dudosos conocimientos jurídicos y defendida por el sheriff de turno mitificado gracias al cine.
Todos recordamos los personajes de Gary Cooper, Henry Fonda, John Wayne…, quienes desde su posición de autoridad hacían lo posible por evitar la práctica de la llamada «Ley de Lynch», o lo que es lo mismo, el ahorcamiento o tomarse la justicia por su mano.
La «Ley de Lynch» debe su origen a Charles Lynch, un plantador virginiano y patriota ferviente, quien durante la Revolución Americana presidió como juez de paz de condado de Bedford, en Virginia, un tribunal irregular constituido para castigar a los leales partidarios de los británicos durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
Llegó a ser coronel de la milicia. Lynch ordenó la ejecución de muchos enemigos de la Revolución sin juicio alguno y con ausencias totales de garantías legales.
Sus decisiones fueron legitimadas después, con efectos retroactivos, por la Asamblea General del nuevo estado de Virginia, en 1782.
Desde aquella época, muchos sheriffs aplicaban la «Ley de Lynch» a través del ahorcamiento, como vimos en la película «Cometieron dos errores» [Hang’em high, en inglés] protagonizada por Clint Eastwood, quien lucía una cicatriz en el cuello tras su injusta condena.
Esta forma de ejecución era muy frecuente el antiguo Oeste, y consistía en sentar al condenado sobre un caballo con una cuerda anudada al cuello.
Así, cuando el caballo sentía sed o hambre se marchaba tranquilamente del lugar, dejando colgado al delincuente que moría ahorcado, y se eludía de esta manera cualquier responsabilidad por parte de los ejecutores.
Según parece, en Estados Unidos la tradicional «Ley de Lynch», o linchamiento, tenía su razón de ser en aquella época de barbarie y debido a la falta de un sistema legal uniforme en todos los Estados, resultando especialmente útil por la rápida aplicación de la condena.
Se constata pues que la «Ley de Lynch» no era más que una modalidad de violencia mediante la que una muchedumbre ejecuta a un presunto delincuente, sin juicio previo, pero con la pretensión de administrar justicia.
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España es un país cuya división administrativa no se encuadra en los extremos conformados por los modelos unitarios o centralistas (Francia, Suecia) ni los federales (Estados Unidos, Alemania, Argentina), sino en un modelo intermedio conocido como modelo regional o autonómico, compuestos por subunidades estatales de cierta entidad (España, Italia).
España posee 17 Comunidades Autónomas y 2 Ciudades Autónomas, según la Constitución española de 1978, en la que se perfiló un mapa territorial del Estado donde las regiones se intentaron identificar en el respeto a su identidad histórica:
Histórica tradicional: casos de Cataluña, País Vasco, Navarra y, con un protagonismo recuperado, Galicia.
Histórica recuperada: casos de Aragón, las Islas Baleares y también la Comunidad Valenciana. Con menos intensidad que las anteriores, en cuanto a la revitalización de su identidad autonomista, Andalucía, Canarias y el Principado de Asturias.
Históricas regionales: Castilla y León, con una anexión difícil que responde a su nomenclatura, y Extremadura.
Históricas geográficamente modificadas: Castilla la Mancha y Murcia.
Regionales por razones geográficas y políticas: la Comunidad de Madrid, La Rioja y Cantabria.
Las Ciudades Autónomas, sitas en el norte de África, de Ceuta y Melilla.
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El regalo de esta semana es el Diccionario de las preposiciones españolas: norma y uso, de Alicia María Zorrilla. No se trata de un diccionario con descripciones sobre el uso de cada preposición, sino que es una obra que recoge el régimen preposicional de verbos y sustantivos, algo fundamental para hablar español como un nativo. Se puede descargar aquí en pdf.
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El mes de abril es el mes del curso gratuito Introducción al Derecho Civil: un curso en el que podrás aprender y practicar el idioma con una serie de ejercicios de español con contenidos del Derecho civil.
El curso es gratuito para los lectores de Substack, y se imparte a través de Google Classroom.
Link de acceso: https://classroom.google.com/c/NjUxOTQzOTMyOTI2?cjc=p6mkn3b
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Gracias por leer hasta aquí, regreso pronto con un nuevo ejemplar.
Un saludo,
Antonio